martes, 21 de febrero de 2012

Como un guerrero derrotado regreso a mis raíces
De pólvora y cantos de lascivia, me he fabricado nueve meses en tu vientre,
Despacito, despacito he sonreído para cogerte por la cintura
Apretando tus labios con mí silencio
¡Como llorabas! Recuerdas, aún era un niño
Y tú ya me hacías hombre
Que perfume es el tuyo que salen dinamitas de tus puños y me dejas gozarte
A pesar de tener fría la piel… fría como mis dedos ahora.
Y este camino que me dejaste para qué me sirve ahora,
Estoy cogido de tus dedos maculados
Y me has fabricado una máscara de rictus falaz
Falaz como el rio que miente cuando nos enseña el reflejo
De nuestra piel húmeda de lascivia.
Que engañosas son las palabras que sacan tiras de piel de nuestra memoria
Soy de metal en este momento cristiano de mi dolor ante un dios que aun no conozco ni creo y temo a la vez...
Soy padre hace tantos días, cientos o miles y estoy enfermo de culpa en cada segundo febril de un vaivén de desertar o morir de rodillas en brazos de ese cuerpo frágil que se parece a mí.
 Me levanto cada día en silencio el silencio de los muertos que viven en mí
Mis huesos en grietas se abren ante mi huida
Hace mucho que quiero correr a ciegas
Loco y demente demente y loco
Olvidar como me haces tragar polvo y sangre y mierda!
Soy el resumen del silencio entre mis costillas
Mi mente es la que grita, te miro y me inyecto de sangre ante tu desprecio, rabia, insolencia mezquina.

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