jueves, 15 de marzo de 2012


Habito el cuerpo de una ave lujuriosa
Ella es intrépida y copula con rapaces alados que la poseen
Ella se contornea majestuosa en cada asalto del placer,
Observo como la penetran y ella tiembla en espasmos en cada arremetida,
Todos vuelan tras ella
Siempre llega agotada al nido, tan solo busca reponer fuerzas para otro día de lascivia,
A veces la miro y quiero salir de ella, me espanta su capacidad para ser amada violentamente,
Admiro su fuerza para provocar y dejarse invadir por quien la invita a pecar dulcemente
En el aire, en las nubes, en las montañas, en la copa de un árbol, en la orilla del mar,
Copula y tiembla, se mece con facilidad y se deja habitar dispuesta,
Abre su pico y entona himnos lúbricos,
Todos vuelan tras ella, como si fuera una reina y aquellos alados su sequito fiel siempre con sus lanzas dispuestos a desflorar,
Hace tiempo que vivo en aquella ave,
 Resignado a recibir aquellos visitantes impulsivos, que no les importa que
Los vea con una dosis de envidia.






No hay comentarios:

Publicar un comentario