martes, 20 de marzo de 2012


Nibiru
En el desierto, en el silencio de la arena al rozar con los dedos del viento he construido un templo sobre mis recuerdos,

He aprendido a convivir desde que llegue envuelto entre luces del firmamento, con la nostalgia de haber visto el mundo y sus estaciones en mis pupilas cansadas
Tuve por primera vez ante mis ojos en aquella oscura cueva sumeria el contacto con el aroma de la tierra, desde ahí he viajado al interior del tiempo,

Entre mi sangre salvaje y antiquísima aun quedan rastros de mi otra vida, aquella donde el agua nos servía de aire, donde las alas nos mostraban el firmamento del espiral mundo que nos cobijaba, dulce nibiru, lejana nibiru aun entre los millones de minutos  atrapados en diversos cuerpos aquí te añoro,
He sido cazador y he vivido en jaulas, he sido un semidios para muchos, he sentido la muerte en un madero mientras las astillas de los huesos se unían al clavo romano, he gozado en fiestas del vino, he navegado como un señor por la gloria, he muerto mil veces en brazos del amor, he sido el señor de las dunas entre beduinos marcados por el fuego del sol, un pirata errante en busca del mundo prometido,

Aunque siempre dentro de mí una vocecilla interior me llamaba, y eras tú lejana nibiru y aun sigo aquí atrapado en la espera milenaria del regreso de los que me dejaron aquí en esta tierra aun extraña hasta ahora.

Mi cuerpo ha ido variando con el reloj del tiempo, ahora más que nunca tengo la lucidez de nombrarte y exclamar tu nombre, Nibiru!, es que mi sangre ya siente tu presencia como nunca!  esta falsa piel espera salir de su escondite y ser luz otra vez.

Persisto, a pesar de mi agotamiento aún me atrevo a cantar en forma sigilosa mi origen aquí en este punto inexplicable de esta esfera llamada tierra,

Aun hasta ahora observo el firmamento con la esperanza de su llegada, con su presencia otras ves mi dulce nibiru.

Espere tanto por volverlos a ver, sentir su aroma del polvo cósmico, jugar con lo pálido de sus cabellos, aquellos que me arrancaron para marcarme una máscara humana, es aquí donde me encuentro con la careta danzante desde que me la impusieron en la soledad de sumeria.

Sin tierra,
Sin sangre,
Entre la melancolía y la añoranza
Entre la desnudez de la tristeza
Todo el tiempo del mundo todo el mundo en el tiempo
Vacio y abatido en lo desconocido recorro estas tierras,
Navegante eterno, condenado a la eternidad sin límites
Sin fronteras entre el deseo y la pasión pasajera, cada año es un segundo, petrificado el tiempo en mi corazón, mis recuerdos se construyen como pesadas piedras uno tras otra, los aromas van y vienen como el oleaje furioso del mar del pacífico, golpeando y horadando la roca, construyendo nuevos recuerdos, sin límites, sin tiempo, sin raíces.

Tu llegada será trágica, próxima, retorcerá el mundo y dejara estelas de dolor, a pesar de ello, aquí en el desierto de mis inquietudes te espero invisible Nibiru.

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